Una búsqueda por elaborar una línea de vinos fuera de lo común y explorar terruños marginales y olvidados. Lugares de suelos singulares y variedades no convencionales son dos de las claves de este proyecto. Esto significó embarcarse en una investigación profunda, extensa y amplia.
No fue fácil; llevó tiempo y paciencia. “En varios momentos, cuando estábamos en la ruta por el lejano sur del Valle de Uco, llegando a Las Pareditas, un distrito muy marginal, en la mitad de la nada; o subiendo la precordillera en el extremo más alto de Gualltallary, nos sentíamos perseguir algo esquivo, difícil de descubrir. Pero la determinación perseveró. Lo tendríamos que encontrar VIVO O MUERTO”.
Chardonnay poblacional donde están presentes plantas de Semillon, Chenin Blanc, Riesling y Tokai, provenientes de una viña de 25 años sobre suelos calcáreo volcánicos.
Nariz austera con expresión de frutas cítricas y recuerdos herbales, buen volumen en boca que acompaña una acidez vibrante y notas salinas.