La cosecha se realiza temprano, en la tercera semana de enero, cuando la fruta aún no ha alcanzado altos niveles de azúcar. Este enfoque permite obtener un vino Chardonnay seco, de bajo grado alcohólico. Posteriormente, se elabora un cuidadoso blend con verjus de Chardonnay, lo que permite alcanzar el equilibrio ideal entre azúcar y acidez, necesario para un espumante de calidad.