Cuando la familia Zuccardi comenzó a explorar el Valle de Uco, entendieron que el común denominador de sus viñedos es el origen de los suelos. Aluvionales, originados hace y durante millones de años por los aluviones que, a través de la fuerza arrolladora del agua, transportan desde la montaña todas las rocas, sedimentos y minerales sobre los que hoy crecen las vides.
Así es como encontraron diferentes pasajes al pie de la Cordillera, con una enorme heterogeneidad de paisajes, suelos y climas, de gente que trabaja, de cultura y de historia.
Las uvas nacen en este paraje de Gualtallary que se conoce como “Monasterio”, tiene un clima templado y árido: un auténtico desierto de altura. Ubicado en el pequeño valle al pie de las Lomas del Jaboncillo, sus pendientes y quebradas encierran un paisaje rico en chañares, espinillos y jarillas que crecen junto a las plantas de Malbec. Para este vino se seleccionaron las parcelas con suelos más ricos en caliche y gravas cubiertas de calcáreo.