Es el proyecto personal de Leandro Velazquez, que surgió luego de su trayectoria en Bodegas Salentein y su experiencia de vendimia en el exterior. Comenzó en 2017 con sólo 600 botellas de Malbec, y extendió su portafolio en 2019 sumando más variedades. Sus vinos provienen de viñedos trabajados sin agregados, con baja intervención y cosecha temprana, con el objetivo de obtener el estilo de baja graduación alcohólica, buena acidez, y fluidez en boca.
En las etiquetas de Solito Va, el diseñador Daniel Favier, alude por medio de las ruedas de la bicicleta a un desafío que tenemos todos de niños: sacarle las rueditas para aprender a andar. Haciendo una referencia metafórica sobre la situación de Leandro, que después de trabajar más de 10 años en una bodega tradicional, dejó a un gran equipo enológico para avanzar sólo. El vino icono de la bodega, Tato, hace homenaje a su abuelo y a la ayuda que le dio en los inicios de su idea.